Un tema sobre el que nunca nos cansamos de investigar es en el envejecimiento y cómo alargar nuestra vida.
Siempre estamos descubriendo cosas nuevas sobre los factores que lo ocasionan y si podemos influir en ellos para “arañar” unos años y mantenernos siempre jóvenes.
Nuestro entorno electromagnético, cada vez más sobrecargado -como consecuencia de los nuevos hábitos adquiridos al aumentar nuestro consumo de tecnologías inalámbricas-, se está convirtiendo en un factor ambiental clave en la reducción de nuestra longevidad así como en la disminución de la edad en la que comienzan a aparecer los primeros síntomas del envejecimiento.
Influencia de la contaminación electromagnética en nuestra longevidad
El envejecimiento es el desgaste progresivo e inevitable de todas las células del cuerpo lo que se traduce en un metabolismo más lento, una falta de energía, aparición de arrugas y manchas en la piel y una disminución en nuestra capacidad para recordar cosas.
Según los expertos, el 50% de los signos del envejecimiento que presentamos es genético y el otro 50% es el resultado de nuestro estilo de vida.
Aunque se trata de algo inevitable, sabemos que fomentar hábitos de vida saludable como una alimentación sana y equilibrada, practicar alguna actividad física acorde con nuestra edad, limitar nuestro consumo de bebidas alcohólicas y eliminar el tabaco de nuestras vidas va a hacer que nuestro cuerpo envejezca de una forma adecuada, es posible que no sea suficiente para controlar ese 50% que causa nuestro envejecimiento y disminuye nuestra longevidad.
El factor ambiental en una sociedad cada vez más contaminada es de suma importancia a la hora de evaluar el modo en el que envejecemos y cumplimos años.
Sin duda, uno de los grandes avances de nuestra sociedad moderna ha sido la de aumentar la esperanza de vida. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en los años 60 del pasado siglo, la esperanza de vida rondaba los 70 años mientras que en nuestros días se sitúa próxima a los 85 años.
Pero no solo son importantes los años que vivimos sino también cómo los vivimos.
Por eso el transcurso de nuestra vida desde que nacemos hasta que morimos debe ir acompañado de un adecuado envejecimiento, pero el aumento de la esperanza de vida ha venido acompañado de un aumento de las enfermedades relacionadas con la vejez.
Y la contaminación electromagnética se ha convertido en un factor ambiental de suma importancia a la hora de evaluar cómo y cuánto envejecemos.
Vivimos en un planeta en el que no existe un lugar libre de contaminación electromagnética y sus expresiones en el cuerpo humano son múltiples como el aumento del estrés oxidativo y el envejecimiento celular o como el aumento de los casos de Alzheimer y a edades más tempranas.
Pineal y longevidad
Para José Serres, presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad, la falta de sueño de calidad es una de las pautas a analizar para ayudar a la población a vivir más y mejor.
Para conseguir un sueño de calidad es fundamental evitar la contaminación electromagnética nocturna.
Estamos inmersos en una sociedad digital llena de antenas, espacios WiFi, ordenadores, hornos microondas, telefonía móvil, etc y es importante limitar el uso y desconectarlos, por ejemplo durante la noche, para contar con espacios libres de contaminación electromagnética mientras descansamos.
Descansar bajo la influencia de campos electromagnéticos de cierta intensidad y de forma prolongada genera una alteración funcional de la glándula pineal produciendo una alteración del sueño y una alteración de la secreción de la hormona melatonina, generando una deficiente estimulación de nuestro sistema inmune y afectando a nuestra longevidad.
Envejecimiento celular y CEM
El envejecimiento y la disminución de la longevidad parecen ser debidos en parte a la acción de los radicales libres encargados de diversas reacciones de oxidación enzimática. Los radicales libres de oxígeno son altamente reactivos y todas las células pueden ser lesionadas por ciertos mecanismos como alteraciones oxidativas o acumulación de sustancias inertes.
Según estos mecanismos metabólicos, la expectativa de vida depende de la lentificación en el consumo de oxígeno por lo que mantener unos bajos niveles de estos radicales en el interior de nuestro organismo estará relacionado con nuestra longevidad.
Sin embargo, estudios como el realizado por Çelik Ö, Kahya MC, Nazıroğlu M. en 2015 sobre “El estrés oxidativo del cerebro y el hígado aumenta con la exposición a Wi-Fi (2,45 GHz) de las ratas durante el embarazo y el desarrollo de los recién nacidos”, indican una tendencia al aumento de los radicales libres en el interior de un organismo vivo al ser expuesto a radiación WiFi.
Esto nos llevaría sin duda a una clara relación entre el aumento de las radiaciones inalámbricas como el WiFi y el aumento del estrés oxidativo de un organismo o lo que es lo mismo, a un aumento de su envejecimiento.
Definitivamente, llevar un estilo de vida saludable fomentando ambientes y espacios libres de tóxicos electromagnéticos no harán que vivamos eternamente pero sí que envejezcamos mejor y durante más años.
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